Narraciones y cuentos

Rod y sus Fantasmas.

Eran cuatro amigos de 7,8 y 9 años. Rod el más pequeño, Romina la del medio, Facundo y Camila eran los más grandes.

Rod vivía con sus abuelos en una pequeña casita de unos ciento cincuenta años aproximadamente. En ella vivieron muchas generaciones de esa familia. En ella ocurrían cosas realmente extrañas: las cosas nunca estaban en el lugar en que las habían dejado antes de irse a dormir.

Rod tenía mucho miedo y se lo contó a sus amigos, los invitó a dormir en su casa para que vieran lo que sucedía. A la noche fueron a la pequeña casa embrujada. Conocieron a la señora Fontes y al señor Rodríguez, aquellos ancianos decían que eran solo tonterías que Rod imaginaba. Cenaron, charlaron un rato y se fueron a dormir.

Camila que era la mayor pero la más asustadiza y no podía pegar un ojo, de repente, en medio de la profunda oscuridad escuchó un suave ruido. Trató de despertar a Facundo pero estaba profundamente dormido.

Entonces , se armó de coraje y se levantó para ver de dónde provenía el ruido. Encendió la luz del pasillo y vió a Rod llevándose las cosas de los amigos para el sótano. Ella muy enojada despertó a todos en la casa.

El señor Rodríguez y la señora Fontes comenzaron a reírse y los niños no podían entender nada. Los ancianos afiemaron –“Rod es sonámbulo”- y agregaron –“Vayan tranquilos a dormir”

A la mañana siguiente le explicaron a Rod lo sucedido.

Paula Cuello

El tesoro de Alison

  Era un caluroso día de verano en Tijuana,México,estaba caminando sola en la playa .Me alejé un poco a donde no había gente.

Cuando de pronto veo una botella verde con una carta dentro.

Inmediatamente la tomé, me imaginé que sería de algún niño que quería tenderle una trampa a alguien. Abrí la botella y me llevé una sorpresa,noparecía escrita por ningún niño,todo lo contrario :

¡¡¡AYUDA !!! Soy -Jack.T ,un importante político de Estados Unidos,me encuentro secuestrado en una isla. Solo se que hay un hombre llamado Felipe Roda, un importante político que vive en Los Angeles, Santa Monica.

Era complice de mi secuestro y luego renuncio.

Yo guardo mucha información

 por eso no me quieren con vida, este hombre puede ayudarte a encontrarme, y si lo haces, seas quien seas,te prometo diez millones de Dólares como recompensa.

-¿Será un chiste ?- -¿ y si no lo es ?- Pensé mientras guardaba la botella en mi mochila.

Al llegar a casa me encerré en mi cuarto y volví a sacar la botella,  me acosté en mi cama y pensé -¿ cómo podría empezar la búsqueda de este hombre ,Felipe.

-¿cómo podría ir hasta -los Angeles?-

-Si les digo a mis padres algo de esto, pensarán que estoy loca-.

Pensé toda la noche hasta que finalmente decidí que tenía que fugarme, pero tenía que ser con alguien que conociera Los Anngeles.

Mi amiga Victoria había ido muchas veces con su mamá, a lo mejor quería acompañarme.

A la tarde fui a su casa y hable con Viki, al principio me miró con cara rara y hasta llegó a pensar que yo tenía fiebre.

-Está bien,Alison iré contigo-  

de inmediato la abrasé y empecé a reír como una loca.

-Gracias !!-

-Te prometo que si lo encontramos te daré la mitad del dinero!!-

-Mas te vale !! yo no me fugaría de mi casa para ir en la búsqueda del tesoro con mi amiga la laca gratis !!-

Por las noches preparábamos todo, de apoco para que nadie sospechara nada.

La noche del escape había llegado, yo estaba muy nerviosa, era la primera vez que me escapaba de mi casa.

-Mis padres se preocuparán mucho, llamarán a la policía y alborotarán a toda Tijuana-

-Dejales una carta en la mesa- sugirió Viky.

Era una buena idea así que lo hice.

Luego de escribir dando explicación a mis padres,partimos.

Después de horas y horas de viaje  llegamos a Los Angeles.

Yo estaba como perdida, pero Viky parecía que había vivido allí toda su vida.

Tomamos un bus hasta Santa Monica y allí comenzaría la busqueda.

Recorrimos todo los lugares que pudimos, preguntamos a casi todo el mundo y nada, ni un rastro del hombre.

-¿ Estás segura de que era verdad Ali ?- me preguntó Viky mientras se sentaba en una banca  que miraba la mar.

-Lo es,estoy segura – le contesté

-Quiero encontrar a ese tal Felipe- dije muy entusiasmada.

-Entonces debemos ir a preguntar  las persona del otro lado del mundo si es necesario- Me respondió Viky.

Enseguida nos levantamos y comenzamos a preguntar 

-¿Usted conoce a alguien llamado Felipe Rodas ?-

Si, lo conozco, es el esposo de la señora que esta entrando a es a tienda – señaló a na mujer muy elegante,rubia, baja y con un llamativo saco rojo.

Sentí que se me salía el corazón del pecho de la alegría que tenía, estábamos cada vez más cerca de encontrar a el hombre de la isla, seríamos millonarias muy pronto.

De inmediato corrimos a donde se encontraba la señora.

-¿Usted es la esposa de Felipe Rodas?-le preguntó Viky

-Sí, soy yo, ¿quienes son ustedes? -

Nos sentamos una a cada lado suyo y comenzamos a contar la historia de la botella, a la elegante señora, que nos dijo que se llamaba Carmen, se largó a llorar apenas terminamos de hablar.

-¡¡por eso lo mataron!!-

-¡¡Yo le dije que se metería en problemas !!-dijo muy alterada.

-¡eh!¡ lo mataron !- grité desesperada

-Si, lo mataron, y ahora entiendo porqué-

Fuimos a un café para hablar mas tranquilas.

-Las otras personas que secuestraron a Jack en la isla, no querían que Felipe lo sacara de ahí, así que lo mataron- dijo Viky

-Lamentablemente yo no puedo ayudarlas, no tengo idea de cual es el nombre de la isla, Felipe no quiso desirmelo- nos respondió ella secando sus lágrimas.

-¿Podríamos ir a su casa a revisar si tiene el nobre de la isla guardado en algún lugar?-le pregunté

-¡¡Claro que pueden, mientras más rápido salven a ese tal Jack,mejor !!- -

-No quiero que muera mas gente por culpa de esos viejos locos !!!- me contestó muy triste.

Llegamos a la casa de Carmen y dimos vuelta el dormitorio, buscamos por todas partes, pero no,no encontramos nada. Era nuestra única pista.

-Será mejor volver a casa-sugerí

-Fue una tontería venir solo querer la recompenza- le dije a mi amiga tocando su hombro.

-Tienes razón volvamos a casa, nuestros padres deben estar muy preocupados- me respondió ella.

En ese momento entro Carmen, le dijimos que no habíamos encontrado nada, y nos despedimos.

-Al menos viví una aventura con mi mejor amiga, casi salvamos a un hombre a punto de morir, y casi fuimos millonarias.

-Voy a guardar la botella como recuerdo- le dije Viky

-Sí, será lindo recordar el día que te perdiste de tener diez millones de dolares- me respondió con ironía.

-Dirás, nos perdimos porque iba a compartirlos contigo.

....Seis meses después, leyendo el periódico me encuentro con la sorpresa de que Jack T. Había sido liberado de la isla donde se encontraba secuestrado, en la entrevista de periódico decía que Jack se preguntaba si alguien había encontrado la botella que el arrojó al mar.

Laura Cejas 

Superar

Ya nada será igual desde aquella noche.

El teléfono sonaba sin parar en mi casa, sonaba una y otra vez; bajé rápido las escaleras. Cuando atendí y escuché aquello mi corazón se paró: no sabía qué hacer…si llorar, caerme… tan solo me mantenía como una estatua.

Bruscamente abrieron la puerta  de mi casa, mi tía entró corriendo hacia mí, y en ese mismo instante me desplomé sobre sus brazos.

 Mientras estaba inconsciente pensaba “¿Qué fue lo último que les dije? ¿Les dije los amo? ¿Por qué a ellos?”… Un millón de preguntas atravesaban mi mente.

Cuando desperté no sabía qué había pasado, preguntaba mucho por mis padres. Al mirar a mi alrededor vi a toda aquella gente con los ojos rojos, mirándome con lástima. Y fue en ese preciso instante en el que volví a recordar lo que había escuchado en el teléfono, sobre el accidente, la imagen de mi tía corriendo hacia mí.

Estaba en shock.

Mi tía se acerca y repite la noticia.

-“Mi niña”  -dice con un nudo en la garganta–“Lo que ha pasado es que tus padres han tenido un accidente y no pudieron hacer nada”-

 En ese momento yo solo estaba ahí, mirando la nada, sin hacer un sonido, un gesto, nada. Me preguntaba “¿Qué sería de mi? ¿Cómo lo superaría?¿Es cuestión de tiempo?...

Tenía claro que no iba a ser fácil para nada…

Agustina Sena